1/31/2016


Te pienso aunque duelas, y sé que estás en alguna parte pero no te veo, y de nuevo comienzo a caer. Tú sólo existes en la memoria obstinada de mi ser que te ama y que te extraña.

— Jarhat Pacheco

1/18/2016

A veces no quiero sentir
y olvidar que el dolor es real
poniendo mi cabeza en las nubes.
Comienzo a correr y luego caigo
viendo que no puedo alcanzar todo
sin mis pies en la tierra.

Tengo que tener raíces, antes que ramas
para saber quién soy
antes de saber quién voy a ser.
Y tener fe
para tomar oportunidades
para vivir como lo veo
con un lugar en este mundo para mí.
 

Hacerlo bien...

¿Qué podes hacer, cuando lo bueno que haces, 
no es suficiente y todo lo que tocas se derrumba?
Porque mis mejores intenciones siguen haciendo un lío de todo, 
solo quiero arreglarlo de alguna manera.
¿Pero cuántas veces, me tomará hacerlo bien?
¿Puedo empezar de nuevo, con mi fe sacudiéndome?
Porque no puedo volver y deshacerlo.
Solo tengo que quedarme y enfrentar mis errores, 
pero si me vuelvo fuerte, sobrepasaré esto...

1/13/2016

"Me fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente...
¡Quería vivir profundamente y sacarle todo el jugo a la vida!
Para frenar todo lo que no fuera vida...
Y no que, cuando fuera a morir, descubrir que no había vivido..."

—H. D. Thoreau

1/11/2016

Lo que me queda.

Cuando pienso en lo que me queda...pienso en vos.
Me queda tu dulzura.
Me queda tu sinceridad. [Lo que más me queda]
Me queda tu sentido del humor.
Me queda tu amor. [Lo que más me queda]
Me queda tu cariño.
Me queda tu afecto.
Me quedan tus palabras.
Me queda tu ternura.
Me queda tu devoción.
Me queda tu mirada.
Me quedan tus ojos marrones.
Me quedan tus pensamientos.
Me quedan tus sentimientos.
Me queda tu toque.
Me quedan tus caricias.
Me queda tu calor.
Me quedan tus abrazos. [Lo que más me queda]
Me quedan tus sensaciones.
Me quedan tus roces.
Me quedan tus besos. [Lo que más me queda]
Pero también...
Me queda tu tristeza.
[Lo que más me queda] Me quedan tus lágrimas.
[Lo que más me queda] Me queda tu sufrimiento.
Me quedan tus cicatrices.
Me queda tu dolor.
Me queda tu angustia.
Me queda tu soledad. 

Me queda todo. Pero sé que también, todavía, ME QUEDAS VOS.


1/09/2016


https://www.youtube.com/watch?v=KgEQNlR4A6o

La palabra: Olvidar.

Uno siempre dice olvidar.
Olvidar a las personas, olvidar sentimientos, olvidar hechos, olvidar recuerdos, memorias, olvidar películas, libros, olvidar canciones, olvidar palabras, afectos, frases. Pero la verdad es que...nadie olvida.
Absolutamente nadie.
Nunca se olvida. Porque como dice un libro que leí: "¿Mis miedos? El olvido".
Pero nadie olvida, no al menos mientras se esté en vida [El olvido es inevitable.]
Lo que se hace es tratar de no pensar, de no recordar, de no conmemorar lo que sea que quieras olvidar. Lo más difícil siempre es olvidar a una persona, ¿por qué? porque una persona es un conjunto de cosas mucho más complejo que el olvidar la letra de una canción, por ejemplo. El olvidar una persona es tratar de olvidar todo lo que dije al principio, es tratar de olvidar palabras, sentimientos, hechos, afectos, frases que se dijeron, olvidar promesas. Se quiere olvidar una voz, una sonrisa, un abrazo, un sentimiento de fortaleza, de seguridad cuando estabas en contacto con la otra persona, se quiere olvidar miradas, gustos, olores que nos encantaba, se quiere olvidar el sonido de una risa. Pero eso sí, no desarrolles otros sentimientos si queres olvidar, no tengas rencor, ni arrepentimiento, ni odio, ni desamor, ni tristeza porque no estarías olvidando, estarías tratando de no recordar.
Nunca, nadie olvida nada.
El olvido ni siquiera sucede cuando uno, u otra persona que era parte o fue parte de nuestra vida, muere. Porque vos lo seguís recordando, todas las personas que lo conocían lo recuerdan y el olvido...SIGUE. SIN. EXISTIR.
El olvido es recién inevitable, cuando ya no exista nadie en el mundo, que te recuerde, cuando toda persona que te conocía ya no esté en este plano y ahí si el olvido es inevitable, porque no va a haber nadie que lleve su recuerdo con ella.
¿La conclusión?
El olvido no existe mientras uno viva, lo que si existe es el no recordar, el no permanecer en un recuerdo. Porque siempre va a haber algo, en diferentes momentos de nuestra vida, que nos va a recordar a algo bueno o malo, y la mente nos traslada directamente a un viaje en el tiempo a ese momento, y algunos incluso somos capaces de poder vernos a nosotros mismos en ese momento y recordamos todo. Absolutamente todo, aunque no quisiéramos.
Recordamos nuestros movimientos, nuestras palabras, siempre se recuerda el primer beso, el primer amor, la primera vez que te tomaron de la mano, el primer te quiero, el te adoro, el te amo, la primera vez, se recuerdan conversaciones completas. Algunos tenemos más memoria para esas cosas que otros, pero siempre algo se recuerda. Nada se olvida.
Nada.
A veces nos hace mal recordar, o a veces bien, pero siempre es lindo hacerlo en cierto momento, porque nos dice que en algún momento fuimos felices, más allá de que si ese final fue malo, o en el presente estás feliz también, pero uno no es feliz una sola vez, uno es feliz en muchos momentos de su vida.
Y para eso está el recuerdo, para demostrarnos que alguna vez fuimos felices, el cuerpo rebosaba de estrellas fugaces dentro de nuestro cuerpo, golpeando un lado contra otro, queriendo salir a esparcirse por todos lados, esos recuerdos no están para hacernos el mal. Y a medida que vas acumulando más recuerdos, conforme pasa el tiempo, aprendemos de que los recuerdos están para hacernos ver que podemos ser felices todas las veces que queramos, a lo largo de nuestra vida.
Pero eso de olvidar...eso es una mentira.


1/05/2016

Pero si te quiero.


Ésta quizás sea la última carta que te escribo, digo quizás por dos cosas, primero porque nunca te escribí una carta pero necesito que esto lo sea y segundo, porque no sé si voy a poder soportar el que no hayamos cerrado el tema de nuevo.
Te extraño. A veces, lo cual no es lo mismo que siempre. ¿Qué significa eso? Que extraño tus palabras, tus mensajes, el saber que estás hablando conmigo, porque eso es cierto, no me importaba si estabas haciendo otra cosa, estabas ocupado, estabas con alguien, solo me interesaba saber que me estabas respondiendo. Si, así de egoísta puedo llegar a ser, incluso en la cena de Navidad, pero no te confíes tanto que no ocurre a menudo.
Fue lindo mientras duró, me gustó, otras partes me encantaron, y no lo niego porque de nada sirve negar si los dos sabemos que esas cosas estuvieron ahí en su momento. Hablo en pasado porque lo terminaste, y parece que lo hubieras sellado, tantas cosas que me dijiste y de pronto ya no sirven de nada. Entiendo tu situación y tus sentimientos pero tus palabras no tienen nada de peso. Y tendría que estar ya acostumbrada a confiar en los hechos más que las palabras, ¿no? Hay cosas a las que uno nunca da el brazo a torcer.
Estoy molesta aunque te extrañe, porque no confiaste en mí, ni siquiera me diste el beneficio de la duda, solo diste todo por sentado como si supieras...No me conoces, y como se nota que no lo haces. Que te de la mano, vos me agarres del codo y a mí me parezca bien no significa que me conoces, ya no tengo 15 años. Que me traes loca, como ninguno antes me había traído es cierto y tampoco lo niego, porque fue un descubrimiento incluso para mí, cuando me di cuenta de que no podía ni siquiera decir una palabra tan solo escuchándote. Se fueron las palabras bonitas, dulces y compañeras que sabías que me hacen sentir bien.
No me arrepiento de haber sido completamente sincera, porque vos lo fuiste conmigo y lo agradezco miles de veces, y además así voy ahora yo, de frente, con la verdad sin importar cuan quizás ridicula sea, cuan mala o buena sea, es mi verdad y es lo que voy a hacer valer.
6 años no me bastaron para olvidarte porque por más que armé un ejército de lo más fuerte alrededor mío, todos cayeron en cuestión de días. Y sé que otros 6 años o más no me van a servir para olvidarte, y menos después de todas las charlas sinceras, profundas o no. Dijimos mucho más de nosotros, y dejamos ver facetas que no habíamos mostrado.
También te extrañé, y ahora lo hago, no lo decía porque al parecer mi orgullo era más grande y junto con mi enojo encontraron un aliado en el otro. Pero te extrañé y en un lugar muy profundo de mí, amé que me llamaras cada día durante ocho meses.
Pero te rendiste, y ahora la culpa recae en vos, solo que ya no me llamas todos los días, ahora ni siquiera mandas un mensaje en contestación a un Feliz año!!, dónde estará el chico con el que me  reencontré hace un mes.
No me diste la oportunidad, ni siquiera eso pudiste darme, para poder decirte todas las cosas que sigo pensando sobre vos, sobre mí, sobre nosotros. Preferiste pensar que yo no estaba segura, o que no aceptaba el hecho de que iba a salir lastimada, preferiste pensar. Pero el hecho es que no pensaste, porque si lo hubieras hecho, nos hubiéramos visto, te podría haber hablado, nos podríamos haber abrazado, seguramente besado también y esta carta no existiría, pero elegiste decirme que no.
No te odio, porque no odio a las personas, porque las personas son como son y no hay de otra.
Te extraño. A veces.Te extraño hace 6 años. Extraño como se sentía el que me tomaras de la mano, el roce de tu piel con la mía, extraño mirarte a los ojos, extraño abrazarte, eso es lo que más extraño, tus abrazos envolventes en donde no podía hacer más que cerrar los ojos y empezar a viajar con mi mente. Extraño tus besos, cálidos y que tanto quería, tus labios, tu sonrisa. Eso es lo que más extraño.
Todavía tengo tu regalo. El único que tuve de tu parte, la libélula que me diste en la mano cuando cumplí 15 años, no la uso pero la tengo. Y nunca te lo dije.
No te amo, estoy muy lejos de amarte, créeme. No soy la chica adolescente, insegura, enamoradiza, impulsiva. Soy otra, pero no quisiste conocerme de nuevo.
No te amo. No te odio. Pero si te quiero.