1/05/2016

Pero si te quiero.


Ésta quizás sea la última carta que te escribo, digo quizás por dos cosas, primero porque nunca te escribí una carta pero necesito que esto lo sea y segundo, porque no sé si voy a poder soportar el que no hayamos cerrado el tema de nuevo.
Te extraño. A veces, lo cual no es lo mismo que siempre. ¿Qué significa eso? Que extraño tus palabras, tus mensajes, el saber que estás hablando conmigo, porque eso es cierto, no me importaba si estabas haciendo otra cosa, estabas ocupado, estabas con alguien, solo me interesaba saber que me estabas respondiendo. Si, así de egoísta puedo llegar a ser, incluso en la cena de Navidad, pero no te confíes tanto que no ocurre a menudo.
Fue lindo mientras duró, me gustó, otras partes me encantaron, y no lo niego porque de nada sirve negar si los dos sabemos que esas cosas estuvieron ahí en su momento. Hablo en pasado porque lo terminaste, y parece que lo hubieras sellado, tantas cosas que me dijiste y de pronto ya no sirven de nada. Entiendo tu situación y tus sentimientos pero tus palabras no tienen nada de peso. Y tendría que estar ya acostumbrada a confiar en los hechos más que las palabras, ¿no? Hay cosas a las que uno nunca da el brazo a torcer.
Estoy molesta aunque te extrañe, porque no confiaste en mí, ni siquiera me diste el beneficio de la duda, solo diste todo por sentado como si supieras...No me conoces, y como se nota que no lo haces. Que te de la mano, vos me agarres del codo y a mí me parezca bien no significa que me conoces, ya no tengo 15 años. Que me traes loca, como ninguno antes me había traído es cierto y tampoco lo niego, porque fue un descubrimiento incluso para mí, cuando me di cuenta de que no podía ni siquiera decir una palabra tan solo escuchándote. Se fueron las palabras bonitas, dulces y compañeras que sabías que me hacen sentir bien.
No me arrepiento de haber sido completamente sincera, porque vos lo fuiste conmigo y lo agradezco miles de veces, y además así voy ahora yo, de frente, con la verdad sin importar cuan quizás ridicula sea, cuan mala o buena sea, es mi verdad y es lo que voy a hacer valer.
6 años no me bastaron para olvidarte porque por más que armé un ejército de lo más fuerte alrededor mío, todos cayeron en cuestión de días. Y sé que otros 6 años o más no me van a servir para olvidarte, y menos después de todas las charlas sinceras, profundas o no. Dijimos mucho más de nosotros, y dejamos ver facetas que no habíamos mostrado.
También te extrañé, y ahora lo hago, no lo decía porque al parecer mi orgullo era más grande y junto con mi enojo encontraron un aliado en el otro. Pero te extrañé y en un lugar muy profundo de mí, amé que me llamaras cada día durante ocho meses.
Pero te rendiste, y ahora la culpa recae en vos, solo que ya no me llamas todos los días, ahora ni siquiera mandas un mensaje en contestación a un Feliz año!!, dónde estará el chico con el que me  reencontré hace un mes.
No me diste la oportunidad, ni siquiera eso pudiste darme, para poder decirte todas las cosas que sigo pensando sobre vos, sobre mí, sobre nosotros. Preferiste pensar que yo no estaba segura, o que no aceptaba el hecho de que iba a salir lastimada, preferiste pensar. Pero el hecho es que no pensaste, porque si lo hubieras hecho, nos hubiéramos visto, te podría haber hablado, nos podríamos haber abrazado, seguramente besado también y esta carta no existiría, pero elegiste decirme que no.
No te odio, porque no odio a las personas, porque las personas son como son y no hay de otra.
Te extraño. A veces.Te extraño hace 6 años. Extraño como se sentía el que me tomaras de la mano, el roce de tu piel con la mía, extraño mirarte a los ojos, extraño abrazarte, eso es lo que más extraño, tus abrazos envolventes en donde no podía hacer más que cerrar los ojos y empezar a viajar con mi mente. Extraño tus besos, cálidos y que tanto quería, tus labios, tu sonrisa. Eso es lo que más extraño.
Todavía tengo tu regalo. El único que tuve de tu parte, la libélula que me diste en la mano cuando cumplí 15 años, no la uso pero la tengo. Y nunca te lo dije.
No te amo, estoy muy lejos de amarte, créeme. No soy la chica adolescente, insegura, enamoradiza, impulsiva. Soy otra, pero no quisiste conocerme de nuevo.
No te amo. No te odio. Pero si te quiero.